domingo, 6 de febrero de 2011

Editorial

En está época del año se concentran tres de las fechas más importantes en la historia de nuestro país, estas son en orden cronológico, el mal llamado descubrimiento de América el 12 de octubre de 1492, la igualmente falsa independencia de la República de Guatemala y por último la silenciada Revolución del 20 de octubre de 1944. La presente edición de pasatiempo busca arrojar un poco de luz sobre las tres fechas, fomentar su análisis y discusión, y modestamente tratar de ayudar en ese cambio de ciudadanos que por desconocer su historia se ven condenados a repetirla a ciudadanos conscientes de su pasado y constructores de su futuro.

La primera fecha quizá sea la más dañina para Guatemala y para el resto de Latinoamérica. El 12 de octubre de 1492 el almirante Cristóbal Colón y un grupo de ex presidiarios, que habían sido forzados a acompañarlo, desembarcaron en las costas de República Dominicana. Antes de Colón ya habían venido otros marineros, otros pueblos, y nunca se habló de descubrimiento, ni de colonización o civilización. Colón vino y otorgó, quien sabe con qué derecho, las tierras descubiertas y por descubrir a los reyes católicos de España, mas tarde el papa Alejandro VI, de quien se dice era muy generoso con lo ajeno, otorgó la otra mitad a Portugal.

América debe su nombre a Américo Vespucio, quien según los invasores fue quien descubrió el continente, pero la verdad es que nosotros ya estábamos descubiertos por nosotros mismos y estas tierras ya tenían nombre, uno de los más aceptados es Abya Yala, que es como la llamaba la etnia Kuna de Panamá, su significado es Tierra en plena madurez o Tierra vital.

El 15 de septiembre de 1821, los hijos de los españoles nacidos en Guatemala, o sea los criollos, rompen sus lazos con la corona española, dejando así de tributar a los reyes de aquel país. Este acontecimiento en nada mejora las condiciones de la población originaria, ni de los ladinos (hijos de las violaciones que los invasores cometieron sobre las mujeres indígenas).

No obstante el pueblo guatemalteco siguió luchando por su independencia y fue el 20 de octubre de 1944 cuando el pueblo alzado en armas volteó un gobierno dictatorial e instauró una democracia que serviría de modelo para el resto de Latinoamérica y el mundo. Durante los diez años que duró este periodo se abolieron leyes injustas que obligaban a realizar trabajo esclavo, se convocaron a elecciones populares, se logró erradicar muy considerablemente el analfabetismo rural, se dieron grandes reformas en el sector educación y salud.

Todos estos avances no le sentaron bien al imperio norteamericano y con el pretexto de luchar contra el comunismo internacional, bombardearon el país y financiaron en ejército de mercenarios llamado Dios Patria Libertad (slogan del ultraderechista partido unionista) que con el golpe de estado de junio de 1954 acabó con lo que se conoce como la primavera democrática de Guatemala.

Lo que se vino después fueron 36 años de guerra, 30 años de gobiernos militares, 200 mil indígenas masacrados, secuestros, desapariciones, una paz liberal y la venta del país a las corporaciones multinacionales, que en realidad son los nuevos conquistadores.

La Redacción

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