domingo, 23 de mayo de 2010

Carta de Evo Morales, desde Cochabamba en la Cumbre Climática

Yo quiero hermanas y hermanos, para terminar esta intervención, aprovechar esta oportunidad para hacer un llamado a las nuevas generaciones pero también a nuestras generaciones, un llamado especie de una carta, a quienes estamos aquí y para quiénes vendrán después.


Les escribo mientras nos reunimos en Cochabamba este mes de abril del año 2010, obligados a organizarnos, nos convocamos los pueblos, los movimientos sociales del mundo, en el que participan gobiernos de distintos puntos de nuestro planeta, nos reunimos con la visión compartida de que las cosas no andan bien, de que nuestro planeta está enfermo y que las causas están principalmente en el sistema capitalista que intenta convertir todo en una mercancía.

Hermanas y hermanos, miro alrededor y veo que nuestra Madre Tierra está lastimada, nuestra Pachamama nos advierte, nos reclama para que la protejamos, veo que nos da muchos avisos, terremotos, maremotos, huracanes, tsunamis, ciclones, sequías, miseria y hambre.

Veo a millones de nuestros hermanos y hermanos, que migran como víctimas del cambio climático, veo que la ambición de unos pocos pretende llevarnos a la destrucción de todos.
Por esas razones y muchas otras, venimos a Cochabamba a debatir hermanados porque sabemos que habrá Madre Tierra sin vida humana, pero no habrá seres humanos sin la Madre Tierra, por eso siento que podemos resumir nuestra rebelión y nuestra causa en una frase, Salvemos a la Madre Tierra del capitalismo.

En este momento la humanidad se encuentra en la encrucijada definitiva, si ahora en el año 2010 y en los que vendrán nosotros nos organizamos y luchamos, ustedes, las niñas y niños de la Madre Tierra disfrutarán de los bosques, de las playas, del cantar de los pájaros; si no luchamos, si no vencemos al miedo, dejaremos que el capitalismo nos abuse a su modo, si nosotros no entregamos la vida en esta lucha, entonces quienes pagan ejércitos para invadir países, quiénes fabrican bombas, los señores de la muerte habrán triunfado.

Si no hacemos un gran pacto para defender a la Madre Tierra, para defender a la naturaleza, entonces dejaremos que prevalezcan quienes se alimentan de la riqueza que nos da la Madre Tierra.
Si no nos organizamos, si no luchamos, nosotros seremos culpables; debemos pedir perdón por lo que están sufriendo porque viven en un planeta destruido, si nuestras montañas tienen su manto blanco, si nuestros ríos no están secos, y por su cauce transita agua sonora, cristalina habremos triunfado, si el agua es un lujo de pocos y si nuestros alimentos no llegan a todas las bocas, si los desiertos no han copado todo, entonces habremos sido derrotados.

Hermanas y hermanos, si derrotamos al capitalismo la tarea será cuidar la Madre Tierra con mucho amor; mantengan el entendimiento, la organización y la unidad todo por la vida y por la humanidad.

La voluntad, la fuerza del cambio contra la destrucción de la Madre Tierra viene desde los pueblos y desde los gobiernos que luchan con ellos, a hijos e hijas de la Madre Tierra, en ese futuro que llegará indefectiblemente, ustedes serán los jueces que determinarán si nuestros esfuerzos fueron o no los suficientes, estamos conscientes que solo tenemos dos caminos: la Pachamama o la muerte, tenemos dos caminos: muera el capitalismo o muera la Madre Tierra, viva el capitalismo o viva la Madre Tierra; por supuesto hermanas y hermanos, aquí estamos por la vida, por la unidad, por la humanidad y por los derechos de la Madre Tierra.

Esperamos hermanas y hermanos, esa pequeña reflexión pueda servir como un aporte para las distintas comisiones y desde ahí los pueblos digan su verdad para defender a la Madre Tierra.


Para terminar ayúdenme nuevamente a decir,
¡Qué vivan los pueblos del mundo reunidos en defensa de la Madre Tierra!
¡Qué vivan los derechos de la Madre Tierra!
¡Qué muera el capitalismo!
Muchísimas gracias.

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