La semana santa en nuestro pueblo ha presentado una serie de cambios en los últimos 50 años, como lo cuenta Don Angelino Rodríguez, memoria viva del pueblo jerezano.
Aproximadamente, en el año de 1,957 se comenzó la construcción de la iglesia católica en la plaza de Esmeralda, sin embargo, muchos años antes ya se celebraban misas y procesiones en la aldea.
La gente construyó una ramada (rancho) y ese era el punto donde la gente se reunía para escuchar la misa. Pero hay algo curioso en todo esto: el sacerdote que daba la misa (quien no venía muy seguido) no hablaba idioma español como la gente del pueblo. Por eso la gente tenía un dicho que decía: “vamos a misa y en misa quedamos”. Era una manera de expresar que yendo a misa se quedaban sin entenderla.
En semana santa, la gente ponía ventas de lo que en el pueblo se cosechaba y que ellos mismos preparaban, por ejemplo: conserva de chilacayote, mango, guineo, papaya, jocote; también vendían granizadas, pastelitos y ponche de leche.
Existieron 3 loterías antiguamente: la primera de Don Raúl Ríos; la segunda de Don Rosendo Peñate y la tercera de Don Raúl Torres. Posteriormente se pusieron otras.
Los días viernes de la cuaresma no se trabajaba.
Aproximadamente, en el año de 1,957 se comenzó la construcción de la iglesia católica en la plaza de Esmeralda, sin embargo, muchos años antes ya se celebraban misas y procesiones en la aldea.
La gente construyó una ramada (rancho) y ese era el punto donde la gente se reunía para escuchar la misa. Pero hay algo curioso en todo esto: el sacerdote que daba la misa (quien no venía muy seguido) no hablaba idioma español como la gente del pueblo. Por eso la gente tenía un dicho que decía: “vamos a misa y en misa quedamos”. Era una manera de expresar que yendo a misa se quedaban sin entenderla.
En semana santa, la gente ponía ventas de lo que en el pueblo se cosechaba y que ellos mismos preparaban, por ejemplo: conserva de chilacayote, mango, guineo, papaya, jocote; también vendían granizadas, pastelitos y ponche de leche.
Existieron 3 loterías antiguamente: la primera de Don Raúl Ríos; la segunda de Don Rosendo Peñate y la tercera de Don Raúl Torres. Posteriormente se pusieron otras.
Los días viernes de la cuaresma no se trabajaba.
Se hacía baile solamente el día sábado de gloria y la música se escuchaba a través de un fonógrafo, pues la tecnología no había avanzado mucho, sin embargo, en el pueblo surgió un grupo musical llamado “Orquesta Vicentina”, el cual también participaba en los bailes con su música. Se dice que este grupo llegó a grabar un disco. Tocaban rancheras y vals. El grupo estaba compuesto por: Vicente Peñate, Antonio Palomo, Emilio Palomo y Moisés Peñate.
Con esta historia podemos percibir el cambio de la feria de Esmeralda, celebrada en Semana Santa, por ejemplo: los juegos, la música, el jaripeo, las ventas, la gente, pero también podemos percatarnos de cómo el ambiente se va tornando, poco a poco, diferente.
Por Angelino Rodríguez
Interesante, recuerdo que cuando estaba pequeño las ferias en Esmeralda eran muy buenas, ahora no lo se como son, ne llevaban mi mamà y mi tia, y claro nos acompañaba mi abuelo Domiciano Mazariegos (QEPD)y que bueno saber que parte de mi familia aunque no me conocen estuvieran participando en la cultura con un grupo musical o sea Vicente Peñate que me parece ya falleciò
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